La protesta...

En una época donde la política no da respuestas coherentes, el estado está ausente, los sindicatos no existen y el 99 % de la gente se preocupa sólo por sí misma, la protesta, la huelga y la movilización han perdido su poder simbólico; entonces la creatividad para llamar la atención se hace presente - sobre todo acá, en nuestro rincón del mundo, donde más que seso hay facilidad para arreglarse con un piolín y un escarbadientes para arreglar un auto.

Nuestro envase es lo que más conocemos -obviamente: forma parte de nosotros mismos desde que tenemos memoria- y por consiguiente lo más maleable a nuestro alcance; tal es así, que hoy lo más frecuente es encontrar manifestaciones por cualquier causa a partir de body paintings, slogans en camisetas, disfraces... como el chico presente el jueves pasado en la clase pública de la CONADU histórica frente al ministerio de educación, que tomó prestada la identidad de todos los próceres tan sólo emulando un uniforme militar de la revolución de Mayo, recordándonos a todos que mirando hacia atrás, leyendo lo que otros ya han escrito, podemos generar el cambio.